Hola.
Antes de dar inicio a la historia que voy contar, quiero agradecer
que me hayas adquirido.
Indudablemente te gusto. Y por esa razón estoy contigo.
Voy a estar cerca de ti, tanto como lo permitas.
Como parte de una pieza de arte felino, mi creador estimó que era
muy importante ser diseñado con base en esa esencia.
De esta manera, siempre que me veas, no sólo te proyectaré la imagen
que tienes de ti mismo.
Es decir, proyectaré quien realmente eres, en el momento preciso
que tu espíritu viva un momento.
Hay momentos de alegría, euforia, pasión, amor, ego, enfado... y
muchos otros.
No obstante, te advierto que no puedo reflejar un momento. Ese es,
el de la compasión.
Los felinos no sabemos que significa, y tampoco cómo refractarlo.
Mi esencia felina está determinada en “ser”. Así de
simple.
De nosotros, los gatos, se dicen cosas como: “nunca se sabe
si estamos felices o tristes, enojados o apasionados...”.
Eso ocurre, porque, a los humanos no les ha cruzado por su mente
la idea de que nosotros, NO necesitamos demostrar a nadie qué sentimos cuando alguien intenta escudriñar “nuestros estados”
de ánimo que ustedes viven (en nosotros).
Al igual que nosotros, son ustedes un mar de curiosidad! Y no está
mal que nos vean así. “Algo” para observar; porque, nos damos cuenta que, cuando nos miran, ¡sienten gozo!
Por esa razón, la esencia felina fue muy importante a la hora que
el creador me diseñó.
Sabe que tú, apreciarás lo que soy, al igual que cuando poses tu
mirada en la figura de un felino verdadero.
Mi creador es sabio en eso. Y siendo yo un espejo con esencia felina,
sabe que tú tendrás la oportunidad - las veces que quieras -, de apreciarte a ti mismo como eres realmente.
Tú, eres perfecto, eres perfecta, al igual que nosotros los gatos.
Te hacemos compañía y nos acompañas. Nos proteges y nosotros hacemos
por ti lo mismo.
No obstante, y como te habrás dado cuenta, no nos agradan los malos
tratos.
A ti tampoco te agradan. Lo sabemos, porque también eres una criatura
viva.
Por esa razón, habrá gente que te haya contado cosas terribles de
nosotros.
De esta manera, la fama de ustedes los humanos, entre los felinos,
es muy semejante.
Entre nosotros nos hemos comunicado que en ocasiones han sido malos
entre ustedes mismos y son mal portados con otros animales del reino de esta Tierra.
Por eso, cada vez que te reflejes en este espejo, recuerda que al
igual que tú, sentimos, y además, sienten las personas que te rodean, con quienes convives y trabajas. Incluso, con quienes
peleas; ellas también sienten.
Si te riñen, ha de ser por razones particulares que tú tienes que
indagar y resolver.
No siempre la palabra resuelve conflictos. Hay modales y lenguaje
no verbal que ayudan. Cuando te mires en mi, recuerda de vez en cuando hablar para ti mismo sin decir palabra.
Luego, ¡atrévete a hablar conmigo!
Yo escucharé aquellas cosas que sean buenas y quieras resolver.
Pero nunca, nunca escucharé reclamos de ti, hacia ti.
La autocompasión es algo para lo cual no estoy diseñado.
Yo te ayudaré entonces a encontrar la forma de resolver algún conflicto
que tengas con alguna persona. Seré honesto y directo.
Entonces, ¡ocurrirá algo sorprendente!
En vez de que por tu mente cruce una idea para resolver un problema,
tu corazón originará una enorme fuerza que te ayudará a encontrar respuestas, y entonces, conocerás la razón por la cual,
la gente que no nos conoce bien, se empeña en decir que no tenemos - como gatos -, estados de animo detectables.
Nosotros no funcionamos tan fácilmente como la gente desearía. Por eso, siempre somos honestos con nosotros mismos.
Somos felices, sí; la mayoría de las veces.
Eso lo vas a descifrar cuando, en vez de “pensar”,”sientas”.
Te volverás más como nosotros. Regresarás al reino de esta tierra
y podrás comprender, y comenzar a tratar al resto de quines habitan este planeta, igual que como a ti te gustaría te trataran.
No hay error.
Por favor, cuídame mucho. Soy frágil, igual que tú. Cuidémonos mutuamente.