Era entonces un sitio muy apreciado por los gatos de todo el barrio, pues en ese sitio ni perros ni humanos podían
llegar.
Para ellos, era inaccesible, a menos – claro – que, fueran gatos como ellos, y supieran cómo trepar por
las paredes, para después caminar por las estrechas bardas.
Lulu, Luna y Radka; Esponja y Arte, así como Perkins y ¡Diantres!, Tigris y Peluso aburridos por haber terminado tan
pronto su junta, se quedaron mirando unos a otros, sin saber que hacer.
¡Diantres! Entonces se dio cuenta de algo.
- Estamos parados en un cuadrante con 9 espacios; en el centro estamos reunidos todos.
Debiéramos hacer algo con este descubrimiento para poder divertirnos.
La idea prometía, y los felinos restantes la maullaron a favor.
Pero... no sabían cómo iniciar algo para divertirse.
- Esto ya lo había visto yo antes... – pronunció Radka moviendo sus bigotes.
- Es verdad – reconoció Perkins.
- ... es verdad... – puntualizó Lulu -. Esto es un juego que los humanos practican para distraerse... se llama
“Gato”, lo he visto jugar, pero... nosotros somos gatos y no sabemos agarrar un lápiz para trazar los círculos
y las cruces.
- No podemos jugarlo. ¡Qué desgracia! – maulló con decepción Luna, mientras se unían a ese canto lastimero Esponja
y Arte, Tigris y Peluso.
- ¡Hagamos nuestras propias reglas! – dictaminó ¡Diantres!
- ¿Cómo hacer reglas? – lo cuestionó Perkins.
- ¡Que sea un juego sin reglas! – apuntó Radka -. Imaginemos que cada cuadrante tiene un color, y cada uno de
nosotros nos colocamos en uno.
Luego, intercambiemos posiciones de un lugar a otro; así, cada uno nos llevaremos otro color en nuestras patitas cuando
nos traslademos a otro distinto, y así, podremos pedir que un artista pinte algo para nosotros, ¡en nosotros mismos!
“¡Bravo! ¡Buena idea!” maullaron los nueve gatos al mismo tiempo.
De esta manera, los felinos conocidos como Lulu, Luna y Radka; Esponja y Arte, así como Perkins y ¡Diantres!, Tigris
y Peluso!, jugaron sin reglas un juego que los humanos habían creado para pasar el tiempo.
El resultado de sus primer intento de ejercicio del juego del “Gato sin reglas”g, es el que ahora vemos
trazado en estos nueve cuadros que, Xcaret Rabadán creó al ser solicitada su ayuda por los Lulu, Luna y Radka; Esponja y Arte,
así como Perkins y ¡Diantres!, Tigris y Peluso, pues ¡si no sabían cómo agarrar un lápiz!, ¡mucho menos un pincel!, como para
ser retratados entre si mismos.
De esta manera, fue creada la serie de pinturas: “Juego de Gatos sin reglas”.
A continuación, podrás observar la serie completa.
Tú, ¿con cuál de los felinos que crearon el “Juego de Gatos sin reglas” resguardas en tu casa u oficina,
habitación o sala?
Comparte con los otros dueños dónde pusiste a tu gato pintado.