La historia que te contaré,
tiene que ver con la imaginación.
No es muy larga, pero sí entretenida.
Ahora bien... si has prestado
atención al ver a los gatitos jugar, te será fácil descubrir que, uno de sus juguetes predilectos es nada menos que... ¡siii...!,
¡una borla de estambre!
Pero, ¿conoces la razón por
la cual les gusta tanto?
¡Adivina!
Yo puedo esperar el tiempo
que quieras. Tienes que pensar en algo, aunque... ¡no la digas en voz alta!
La cuestión es, que no te quedes
sin dar una idea.
...
La que quieras. Cualquier idea
es buena. Todas son buenas. Tómate tu tiempo... yo te espero aquí. Y cuando vuelvas,
me avisas.
...
Bueno... ahí tienes.
¡No me la cuentes!
Ahora, ya que has proyectado esa idea, piensa un poquito... descubrirás que la idea que llegó a ti, es porque: 1.- es divertida; 2.- porque te llamó
la atención... y 3.- porque ¡imaginaste ser un gato!
¿No fue así?
Si fue así, pues... date cuenta
de algo: ¡no puedes ser un gato!, pero..., ¡sí puedes imaginar que a ellos les gusta jugar!
Aunque, además de jugar, también
les gusta que los mimen. Que la gente sea
cariñosa con ellos y los protejan; que los ayuden si están en peligro, o bien,
los cobijen si tienen frío.
¡Cómo sé esto?
Pues ¡porque soy un gato! A
mi me ayudaron a escribir la historia.
Así de fácil.
Ahora bien... como
ya hiciste tu esfuerzo imaginativo, voy a recompensarte compartiendo contigo un secreto:
a todos los felinos, ¡de todo el planeta!, nos atraen las borlitas de estambre, aunque... no necesariamente tengan
que ser ese material; pueden ser de hilo o seda también. El material, casi es lo de menos.
El caso es, que aparentamos
“jugar” con estas pelotitas por una razón muy importante: a través de éstas, ¡mandamos mensajes a otros felinos
amigos en otros sitios de la tierra!
Que, ¡cómo hacemos esto?
Es, como... ¡un teléfono
felino!
¿Cómo funciona?
¡Ahí está nuestro secreto!
– que ya no lo es tanto, pero no importa.
¿Sabes...? - no, no
sabes, porque hasta hoy era un secreto -, ... pero... el caso es, que nosotros transmitimos mensajes a los hilos de las bolas
cuando les damos pequeños manotazos con nuestras patitas delanteras, o las aferramos con las 4 patas y las lanzamos para allá
o acullá.
Es como para ti, una hoja en
blanco. Ésta seguirá estando blanca, a menos que con un lápiz o bolígrafo escribas o pintes, traces o dibujes sobre ella.
Bueno... nosotros los felinos
hacemos algo parecido con nuestras patitas delanteras, pero también con las patitas traseras.
¿Comprendes?
Y bueno... ¡cómo es
que llega el mensaje a otros gatos, si esa bola de hilo la tenemos para jugar en un rincón, bajo un mueble, silla, diván o
lugares que son casi inaccesibles para los humanos?
Fácil... cuando alguien, por
ejemplo, tu mamá, tú, la abuelita, hermano, o familiar y amigo llegan a tomarla en sus manos, y luego, sacuden sus manos sobre
su pantalón o una prenda de vestir para quitar las pelusas que llegan a pegarse en sus manos.
¿Y luego?
¡Ocurre algo maravilloso! Los
mensajes que colocamos en los hilos, van a parar a las manos de ustedes; y cuando llegan a tocar su vestimenta, ¡ahí!, en
ese mismo instante el mensaje pasa a los hilos del pantalón, falda, abrigo, sweter, camisa, saco, boina, etc.
Ustedes nos ayudan a transmitir
nuestros mensajes a otros gatos, que están.. que te parece, al otro lado la cuadra de donde viven... o... al lado opuesto
de la ciudad... ¡o más lejos...!, en otras ciudades, y países..., ¡hasta continentes!
Tú puedes comprobarlo muy fácilmente.
¿Cómo?
Mucha gente te habrá platicado – o, tal vez hasta a ti te ha ocurrido - que: “...un gato se me acercó sin siquiera
conocerme... y luego, se subió y comenzó a ronronear... después, hizo algo muy extraño... hundió sus manitas en la tela de
mi sweter, en mi pantalón... parecía como si estuviese amasando harina para un pastel...”.
Y bien... ¡ya imaginas lo que
ocurre, o quieres que te ayude?
Es la última, ¡eh! A la próxima,
tú tienes que encontrar la respuesta.
Lo que hacemos, no es otra
cosa que reconocer la transmisión de un mensaje que un felino mandó a otro, a través de esta persona que tuviera contacto
con alguna pelotita de estambre o hilo con las que jugamos.
El resto, ya lo sabes: él o
ella, se sacudirán las manos, para luego, irremediablemente, tocar con sus manos la ropa.
¿Lo ves? ¡Es bien fácil!
Te preguntarás, por otro lado,
¿qué tipo de mensajes nos transmitimos?
¡De toda clase!
El estar contentos de vivir
en una casa con gente que lo estima a uno. La buena nueva por el nacimiento de una camada de gatitos. El descubrimiento de
una estrella (siendo mayormente nocturnos, somos especialistas en reconocer los astros del cielo); y otras muchas cosas más. No puedo contarte todo. Es como si yo te pidiera a ti que me explicaras el tipo
de mensajes que hacen entre ustedes los humanos al usar los teléfonos.
Esta es mi historia. Y aunque te parezca inconcebible,
es cierta. Usa tu imaginación y descubre que puede platicar un gato a otro, que ni siquiera conozca, a otro lugar de la ciudad,
del planeta, quizá, para no ir más lejos, a tres o cuatro cuadras.
Y si descubres un día que le dijo
un gato a otro, que te parece si compartes el mensaje con los humanos; puedes compartir la historia para ser publicada en
Internet, en la siguiente dirección: https://garroscc.tripod.com/historiasparacompartir/id33.html escribe entonces
al e-mail: garros_ccr@yahoo.com.mx
Gracias, y cuídame mucho, por favor.
PD: Por cierto, mi nombre es: Fillet
FIN